Desconsuelo. Las lágrimas de los familiares de 126 desaparecidos bañaron los alrededores del Palacio Nacional, mientras pedían con desesperación una respuesta a su situación.
Impotencia,
desesperación y desconsuelo reinaron en la protesta realizada por los
familiares de las 126 personas desaparecidas en todo el país que con luces,
lágrimas y carteles bañaron el entorno del Palacio Nacional.
Familiares, amigos y conocidos
de estas personas que un día salieron de casa y no han vuelto a entrar. Compartieron
las vivencias y experiencias que han tenido después de haber perdido a ese ser
querido.
La madre de Marino Agramonte,
Raisa Javier Arias, contó las trágicas primeras horas que tuvo que pasar en
busca de su hijo, el cual salió el viernes 7 de octubre en horas de la mañana a
hacer ejercicio.
“Cuando llegué a casa como a
las siete de la noche mi hijo más pequeño me dijo que Marino no había
regresado, lo busque en los hospitales, los destacamentos hasta en la morgue y
nadie me dio respuesta de donde mi hijo estaba”, dijo Raisa Arias.
Al
momento de dirigirse al destacamento, los agentes policiales dijeron a Raisa
que no se preocupara, que quizás su hijo se encontraba de fiesta o con unos
amigos, justificaciones que se repitieron por aproximadamente cuatro días.
La madre tuvo que desplazarse a
varias entidades de la Policía Nacional hasta que al fin, cinco días después de
la desaparición de su hijo le fue tomada la denuncia.
“Hasta ahora todo se ha quedado
en palabras, ellos me tomaron la denuncia y lo reportaron como desaparecido,
pero ahora cuando pido respuestas me dicen que no hay personal para la
búsqueda, porque el departamento de desaparecidos solo cuenta con cinco agentes
y una computadora”, dijo Raisa con lágrimas en los ojos.
Han pasado 12 días desde la
desaparición de Marino Agramonte y hasta ahora los familiares no han tenido
respuestas de donde se encuentra su familiar.
Otros casos
Una perspectiva diferente es el
caso de Jesús Cuevas, un joven de 30 años, el cual desapareció el jueves 6 de
octubre, tan solo un día antes que Marino, cuando salió de su casa en el
residencial José Contreras.
Horas antes de desaparecer,
Jesús fue dejado por una amiga como todos los días en una esquina cercana a su
casa después de haber cumplido con su jornada laboral y esta expresó a
periodistas de este diario que “Jesús se encontraba feliz debido a que casi era
viernes”.
Los agentes policiales han
realizado levantamientos de videos de vigilancia e incidíos que pudiesen
indicar el paradero de Jesús, pero estas investigaciones aún no han tenido
respuesta.
Los familiares de Alexander
Xang también hicieron acto de presencia reclamando que cinco meses después de
haber ocurrido la desaparición aún no tienen noticias de donde se encuentra el
joven. Policía Los manifestantes coincidieron en que “los agentes policiales
que llevan estos casos están haciendo lo que pueden”, pero se preguntan ¿cómo
tan pocos agentes pueden llevar todos los casos de desapariciones con tan pocos
recursos? De igual forma, los familiares explicaron que sentirse como que si
estuviesen buscando un cadáver. Cientos de personas se dieron cita en esta
vigilia que tenía como objetivo reclamar una búsqueda más exhaustiva de las 126
personas desaparecidas que tiene el país.
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