Por Faustino Pérez, profesor de Comunicación Social y de Artes de la
UASD.
“¿Quién sabe algo de esto en la UASD?”, se cuestionó el estimado profesor y politólogo Antinoe Fiallo Billini en su e-mail que nos remitió a mí conjuntamente con treinta y siete de sus amistades, al filo de las once de la mañana del día 8 de marzo del 2008.
Este correo con la imagen de buena calidad de un animal nauseabundo muerto, a su vez, había sido reenviado por otras personas a quienes no conozco, acerca del raro espécimen supuestamente aparecido y apaleado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Alguien con mucha imaginación por cuyas manos pasó la foto previamente, le añadió el siguiente mensaje: “Este animal fue encontrado bebiendo agua en uno de los baños del edificio de economía de la usad, tan pronto vio eso la mujer de limpieza comenzó a gritar y por suerte unos hombres entraron con palos y lograron matar a Esta Vaina Rara …Ahora bien, que es eso ¿??” (sic). Yo apagué la computadora, almorcé y me puse a descansar un poco, después de haber leído el correo.
A los diez minutos me levanté rápidamente, porque me di cuenta del tremendo potencial de esa foto de autor desconocido por mí, para hacer una prueba mediática.
La idea era elaborar algo parecido al caso que sucedió en Santo Domingo, con el experimento del rumor de aquel “maremoto” concebido no se sabe por quién, (pocos meses después de huracán Georges que pasó por la isla alrededor del 22 de septiembre del 1998), pero en pequeño, y con la diferencia de que ahora sí se iba a conocer quién lo había diseñado, porque estaba en mi blog. No tenía nada que ver con el Día de los Inocentes, en este caso. Ni mucho menos se trataba ahora de una broma estudiantil.
No obstante, como yo desconocía qué animal era ese ni de dónde procedía la foto, empecé a investigar en el Internet y no encontré nada, a pesar de que sí había información acerca del esperpento.
De todas formas tenía que actuar rápido porque el Prof. Fiallo había reenviado esa foto con su pregunta a 37 personas más. En menos de tres minutos ya tenía claro lo que iba a hacer, entonces, quise añadirle a la imagen la dirección del blog donde iba a colocar la foto, porque yo mantengo 17 blogs.
Pero antes tuve problemas técnicos y experimenté momentos tensos que me parecieron interminables, porque en principio el photoshop no quería abrir y luego el blog tampoco. Era una carrera contra el reloj. Lo intenté una y otra vez. “¡Eso fue un virus que me mandaron!”, pensé.
Después que terminé, ¡por fin!, de escribir el nombre del blog sobre la
imagen, ese era sólo el principio del plan.
Reelaboré el texto que encontré en el e-mail y le dejé la ubicación de “la UASD”, porque ese es el microcosmos más representativo de la sociedad dominicana, ya que hay estudiantes de todas las provincias.
Yo me inventé lo del “chupacabras” y lo del “bacá”, porque como todo el mundo sabe son “animales” de las mitologías populares latinoamericanas, en especial el primero; y el segundo del imaginario dominicano. Era imprescindible “conectar” con la memoria colectiva, y de sintonizar con el “cerebro reptiliano” de la gente para lograr la reacción deseada.
Transcurrió la semana y yo les sugería a mis alumnos que entraran al
blog para “que vieran el chupacabras”, pero pocos me hicieron caso. El sábado
15 de marzo “pasó sin pena ni gloria” y entraron 117 internautas en todo el
día. Yo quité la imagen del blog principal y el texto alusivo, y los puse en
uno secundario.
Sin embargo, el primer gran detonante fue la inesperada noticia que apareció el domingo 16 por la mañana en primera plana de El Nacional, calzada con la firma de Ruddy Germán Pérez.
El veterano periodista hizo una reelaboración artística sobre lo que estaba ya reelaborado, convirtiendo el post del blog en un performance gigante; eso trajo como consecuencia que las visitas al blog se dispararan; entonces, al yo leer la noticia del periódico en el Internet, repuse lo que había quitado para aprovechar la “ola”, porque Google seguía dando como referencia al blog principal mío, no al secundario; y así alcanzaron 3118 en 24 horas; un gran salto con respecto al día anterior.
En eso el rector de la UASD estaba de viaje, y al llegar se encontró con el titular en primera plana y le pidió un informe al jefe de seguridad, quien me llamó a las 7:30 de la mañana del lunes 17. Yo estaba en la ducha y le pedí que me volviera a llamar, así lo hizo y le expliqué que era un experimento, y que yo era el único responsable; y él me dijo que el rector me llamaría.
Le conté al rector Dr. García Fermín, cuando me telefoneó temprano, lo que yo estaba haciendo y él argumentaba que tenía que responderles algo a los periodistas, que lo iban a abordar en el acto que se celebraría esa misma mañana. Yo le aconsejé y le solicité por favor, que pospusiera su respuesta hasta después de Semana Santa, para que no echara a perder el experimento.
Pero ¿qué hizo?, dijo a la prensa que se trataba de una broma y que en la UASD no habían encontrado ningún animal, que esa foto ya había salido en otros sitios extranjeros, y que era “correo basura”. Gracias al rector, por la pésima asesoría que recibió, el “chupacabras” o “bacá” fue reproducido en más de 70 blogs, sin yo conocer sus dueños, con textos reelaborados, o no, y motivó incontables llamadas telefónicas y mensajes por Internet, en el mundo entero.
Eso provocó, como era previsible, que se dispararan de nuevo las visitas a la bitácora mía al salir otra vez en primera plana en el vespertino El Nacional, por la tarde del día lunes 17, y se llegó a 14992 visitantes de 35 países, o sea, casi se quintuplicó. Ya para el martes 18, fue de 8538; el miércoles 19 de 3462, y el jueves 20 entraron 1363. La afluencia se ha mantenido alta pero ha ido mermando, como estaba previsto, porque ya la burbuja informativa “explotó”, justo antes de los días de más recogimiento de la Semana Mayor.
Yo calculo, haciendo un estimado conservador, que al menos medio millón de personas se enteraron de la “noticia”, y aún continúan entrando centenares al blog.
¿EN QUÉ CONSISTÍA EL EXPERIMENTO, O MÁS BIEN, LOS EXPERIMENTOS?
2.- Comprobar de nuevo el tremendo poder de la comunicación internética.
3.- Hacer estudios de posicionamiento de prensa.
4.- Aplicar la fórmula del rumor de G. W. Allport y Leo Postman.
5.- Se puede usar para múltiples investigaciones usando el experimento
como referencia en diferentes especialidades: comunicación, psicología,
sociología, pedagogía, publicidad, relaciones públicas, ciencias políticas,
computación, filosofía y ética, etnología, antropología…
6.- Continuar con mis estudios sobre el arte de “dar cuerda”, (zaherir),
aquí en el país. Una parte de los cuales fueron publicados en cuatro capítulos
de mi libro: Mabí en las Venas.
7.- Verificar el estado actual de los “profesionales” y “profesores”,
que no tienen la menor idea de los efectos de las Nuevas Tecnologías, y que
reaccionan violentamente ante lo desconocido.
8.- Hacer más trabajos de cómo se tergiversa el mensaje en nuestro
medio, en la comunicación oral y escrita.
9.- Para realizar pesquisas de cómo se puede utilizar un mensaje
ficticio para distraer la opinión pública y entretener a la gente.
10.- Demostrar cómo funciona el “cerebro reptiliano” de las personas en
situaciones como ésta.11.- Vale como otra prueba irrefutable del predominio y
de la afición por los temas “light” en el mundo.
12.- Profundizar sobre el “canibalismo” bloguero, o blogfagia.
13.- Cabe la posibilidad de emplearlo para medir el grado de credulidad
de la gente.
14.- Pone de manifiesto los grandes intereses que existen en el universo
internético.
15.- Puede ser aprovechado para otras investigaciones.
Parece ser que el animal existió, pero no en la República Dominicana, y he escuchado varias versiones, desde los que afirman que se trata de una rata, o más bien, una rata egipcia, una rata mutante, o un mapache despellejado, un solenodonte, un experimento genético, o lo que sea; pero el hecho está ahí.
Únicamente me resta agradecerles a los que me insultaron porque trabajan
gratuitamente para mí; a los que esbozaron una sonrisa - porque me conocen bien
- y sabían que se trataba de un experimento; y a los que soltaron carcajadas
cómplices, que sigan riendo que es muy sano.
A los que fueron sorprendidos en su buena fe, les pido disculpas; al igual que al autor de la foto cuyo nombre desconozco.
A Ruddy Germán Pérez mi agradecimiento igualmente, por haber colaborado intuitivamente con su olfato periodístico en el experimento.
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