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miércoles, 30 de mayo de 2007

Los empresarios deben estar más identificados con el pueblo


El Ayuntamiento del municipio de Santo Domingo Oeste había dispuesto un árbitrio de cobrar un centavo por cada peso vendido por las empresas e industrias que están ubicadas en esa zona, concebido para fabricantes y/o distribuidoras de cervezas, hormigones, plásticos, productos químicos y farmacéuticos establecidos en el municipio.

Con esta medida, amparada por la ley, el ayuntamiento buscaba recaudar recursos para utilizarlos en fortalecer los servicios a las comunidades, en lo concerniente a la recogida de desperdicios, arreglos de calles e instalaciones deportivas.

Sin embargo, los propietarios y voceros de esas empresas e industrias, en total 33, rechazaron la justa disposición del cabildo, pronunciando las mismas palabras que siempre recurren cuando instituciones públicas solicitan su colaboración.

Entre los alegatos que hacen están “los empresarios no pueden tener obstáculos, las empresa tendrían problemas económicos, habrá problemas con el TLC, esa medida no es legal”, en fin buscan un pretexto y se olvidan del servicio social que debe acompañar a todas personas, ya sean físicas o morales.

No fue difícil para los empresarios de Santo Domingo Oeste manipular a la opinión pública hasta lograr que el ayuntamiento dejara sin efecto su decisión.

Aunque los representantes de la alcaldía desistieron de la medida, creo que la misma debe ser retomada, ya que está amparada en el marco legal y porque los empresarios deben aportar a las soluciones de problemas en las comunidades donde están, debido a que muchos de ellos son ocasionados por los mismos, como son daños a las calles, contaminación ambiental y exposición a explosiones.

Parece que los empresarios no tienen la sensibilidad debida. No padecen los problemas que cité anteriormente porque no viven en la zona.

Por amor a la humanidad, los empresarios deben aceptar la medida del ayuntamiento y detenerse a pensar que la riqueza debe ser compartida con los demás, por lo menos así creemos los cristianos.

No comprendo a los empresarios de este país, nunca quieren ceder a favor del pueblo. Se niegan ayudar al pueblo, regatean un aumento salarial, pagan sueldos de miserias y no valoran al ser humano para su desarrollo profesional.